[[ Tiñendo al son de las campanas *** Dyeing at the rhythm of the bells ]]
Acostumbrados a la pequeña escala, decorar un total de 10 alojamientos con Textiles Slow ha sido todo un reto, sobretodo por la cantidad de telas de algodón que han sido necesarias teñir: más de 100 metros lineales, con la dificultad de que las fibras vegetales requieren procesos de teñido mucho más laboriosos que las de origen animal como la lana o la seda, por una cuestión de afinidad química. Y aunque la experiencia ha sido en cierto modo apasionante, nos quedamos con creación textil de menor embergadura. (*Este post es de cuando estábamos en Madrid ya que en la actualidad nos hemos mudado a The Dyer’s House (Cantabria))
The challenge of decorate a total of 10 accommodations with Slow Textiles handcrafted with Natural Fibres, has been the huge amount of fabrics needed to be dyed (remember that vegetable fibres show very little affinity with natural dyes, compared with animal fibres). And despite that the experience has been thrilling, we definitely prefer the little scale at which we are used to dye. Luckyly, the natural working environment where we have worked has helped a lot!
No obstante, lo hemos disfrutado muchísimo ya que contamos con un antiguo pajar rehabilitado que hace las veces de tintorería, lo que no evita que nuestra casa sea durante estos días un auténtico campo de batalla. Quitando los días en los que acechan las inclemencias del tiempo (habituales a 1250 metros de altitud), es un placer teñir al aire libre acompañados del sonido de los árboles, el viento, el arroyo y el “cantar” de los gallos, ovejas, grillos, pájaros y demás fauna serrana. Un magnífico pasar de las horas religiosamente marcadas por el reloj del campanario.
For these occasions, we have restored an old barn that serves as for drying all our hand-dyed fibres, something that have not prevented our house to be a battlefield all along these days. So except the days when appear the inclement weather (something common at 1250 meters altitude), is a pleasure to be dyeing outdoor, accompanied by the sound of trees, the wind, the stream, the singing of the mountain fauna (roosters, sheep, crickets, birds and company). An pass of hours, never better said, religiously marked by the clock bell of the local church.
